¿Y tú? ¿Cómo te comunicas? Seguramente no te lo has planteado nunca, ya que se da muy poca importancia a la comunicación. Si bien es cierto que nos pasamos la vida aprendiendo miles de cosas, paramos muy poca atención al hecho de comunicarnos de forma efectiva hacia los demás.
Con la llegada y posicionamiento del marketing de contenidos como pilar fundamental de las estrategias de marketing actuales, la comunicación se ha convertido en una herramienta esencial para conseguir empatizar, llamar la atención y atraer al público potencial de las marcas.
De repente hemos pasado de no dar importancia a la comunicación, a medir cada palabra que añadimos a nuestros canales de comunicación, ya sea en redes sociales, páginas web, vídeos, emails… para conseguir un lenguaje adaptado a cada tipo de público que sea capaz de atraerlo y convertirlo en un potencial cliente.
Este estilo de comunicación pensado para empatizar con el espectador es al que se conoce como comunicación asertiva. Se caracteriza por ser un tipo de comunicación en la que expresas tus ideas, sentimientos y necesidades de forma sincera, honesta, transparente, directa y tranquila ya que partes de tu propio punto de vista y defiendes tus valores. Pero lo más interesante de ella, es que centras el eje del mensaje en el público que te está escuchando, atendiendo a sus preocupaciones y sus deseos, empatizando con sus emociones y haciéndoles sentir que estás a su lado.
Aun así, comunicarse de forma asertiva a veces no es fácil. ¿Te ha pasado alguna vez que te frustras por no poder decir lo que quieres decir o no poder comunicarte como te gustaría?
Es normal, a todos nos ha pasado. Pero la buena noticia es que se puede aprender. Sí, exacto, existen técnicas de comunicación asertiva que nos permiten comunicarnos de forma efectiva con nuestra audiencia, mostrándonos fieles a nuestros propios valores e ideales.

Claves de la comunicación asertiva
Hoy quiero compartir contigo las 5 claves que te ayudarán a convertirte en un maestro de la comunicación asertiva para que consigas conectar con tu audiencia con cada una de tus palabras. ¡Vamos allá!
- Mantener el contacto visual. El hecho de mirar de frente al público al que le estamos hablando, nos permite generar cercanía y confianza. Hablar sin mirar nuestras notas o sin mirar a la pantalla, sino mirando a los ojos de las personas que nos están escuchando, nos ayuda a conectar y llamar su atención, ya que conseguimos trasladar el mensaje de una forma mucho más personalizada.
- Adoptar una postura corporal adecuada. El lenguaje no verbal es importantísimo cuando hablamos frente a un público. Aunque no nos lo parezca, nuestro cuerpo, nuestros gestos, nuestras expresiones ,muchas veces son suficientes para trasladar a los demás cómo estamos en cada momento. Mostrar una actitud abierta y receptiva permitirá que el espectador se sienta cómodo escuchándonos e incluso esté mucho más atento a comprender lo que le estamos diciendo.
- Aprender a controlar nuestros gestos y nuestras emociones. ¿Te has fijado alguna vez en los políticos cuándo elaboran sus discursos frente al resto de diputados? Muchos lo hacen utilizando siempre las mismas posturas corporales y los mismos gestos con las manos. Mostrarse inamovible con nuestras expresiones corporales denota inseguridad, falta de confianza y desde luego, una falta de empatía frente a las personas que nos escuchan. Utilizar nuestras manos, brazos, cabeza… de forma diferente y acorde con lo que estamos contando nos ayudará a dar énfasis a ciertas partes del discurso que queremos resaltar o bien, que queremos que el espectador no deje de escuchar. Con nuestro lenguaje corporal le atribuiremos dinamismo y originalidad a nuestras palabras, consiguiendo una mayor conexión con quienes nos escuchan. Aun así, ¡esto no significa exagerar! Realizar gestos de forma excesiva a lo largo del discurso puede llegar a ser contraproducente, ya que generarás en el espectador desconfianza y es probable que deje de prestar atención.
- Modular el tono de voz. ¿Has acudido nunca a una conferencia dónde el interlocutor habla invariablemente con el mismo tono de voz a lo largo de su exposición? No te has dormido de milagro, ¿verdad? Lo mismo le pasará a nuestra audiencia si aplicamos el mismo tono de voz en cada una de las palabras que pronunciamos. Al igual que el lenguaje corporal, el tono de voz que empleamos a lo largo del discurso, tiene que adaptarse a lo que vamos contando en cada momento, haciendo más énfasis en las partes que sean más relevantes y regulando nuestro tono en partes que no lo sean tanto. Jugar con el tono de voz nos permitirá conseguir tener enganchado al público de principio a fin.
- Identificar cuanto, cuándo, dónde y cómo intervenimos. Es esencial saber encontrar los momentos oportunos para intervenir, saber si los receptores van a estar interesados en lo que les vamos a contar y si realmente, nuestras palabras aportan información de valor. Esto nos permitirá ofrecer intervenciones de calidad, adecuadas y adaptadas a cada momento, consiguiendo llamar la atención de quienes nos están escuchando.

¿Y a nivel digital?
Aunque a nivel digital muchas veces no interaccionemos de forma presencial con nuestra audiencia también es posible establecer una comunicación asertiva de manera eficaz. Lo cierto, es que es el mejor tipo de comunicación que podemos emplear para conectar y generar confianza con nuestra audiencia. Pero… ¿cómo conseguimos llegar a empatizar y a emocionar a las personas que nos leen sin poder usar el lenguaje no verbal o el tono de voz?
A continuación, te muestro los tres elementos clave que debes tener en cuenta para conseguir comunicarte de forma asertiva con tu audiencia virtual:
- Sé tú mismo. Escribe el discurso, el post, el artículo tal y cómo te gustaría contarlo a tu público si los tuvieras cara a cara. Exprésate tal y como eres, empatiza con ellos y atiende a sus necesidades, sus deseos y sus preocupaciones.
- Adapta tu lenguaje. Centra tu comunicación en tu cliente ideal, en esa persona que desea escucharte y háblale en el lenguaje que él utiliza. Sírvete de las palabras y las expresiones que ese cliente utiliza en su día a día y ofrécele información que sea de su interés.
- Interacciona con ellos. La mejor forma de comunicarnos de forma asertiva con nuestra audiencia es conociéndola muy bien, y esto podemos lograrlo a través de saber su opinión, sus dudas, sus inquietudes. Pídeles que te den su versión, que te cuenten que es lo que necesitan saber. De este modo podrás ponerte en su piel y comunicarte con ellos de forma empática y cercana.
Como ves la comunicación asertiva es aplicable tanto a nivel presencial como a nivel telemático. La actitud que ponemos en nuestro mensaje es lo que hace que se produzca una interpretación u otra por parte del espectador. Si conseguimos comunicarnos de forma sincera, honesta y directa atendiendo a nuestros propios valores, pero a la vez teniendo en cuenta y respetando la opinión de los demás, conseguiremos que el lenguaje fluya y, además, generemos confianza y comunidad con esas personas que empatizan con nuestro mensaje y con la manera en cómo lo transmitimos.
Es el momento de pasar a la acción. Ahora que ya conoces las claves para hacer de tu comunicación la mejor comunicación posible, ¿cuándo vas a empezar a practicarla? ¿Hay alguna de las claves que te he comentado que te resulte más difícil de implementar?